Haciendo memoria de la clase anterior en la que nos planteamos el rol del docente, enfocamos esta hora a cuestionarnos cuál es la verdadera finalidad de la educación.
EL preguntarnos qué quiere conseguir la escuela y en concreto, la escuela infantil, hizo que nuestras mentes se abrieran para absorber todo aquello que se dijera en clase. Hasta el día de hoy, no nos habíamos parado a pensar qué es lo que tenemos que enseñar en la escuela. Es decir, naturalmente nuestra misión como futuras maestras es la de transmitir conocimientos a los niños pero, creíamos saber qué teníamos que hacer; hasta que nos quedamos pensando en esta cuestión.
Nosotras nos preguntamos ¿cuál va a ser nuestro objetivo como futuras docentes? ¿Tenemos claro qué pretendemos conseguir enseñando? ¿Qué queremos que aprendan los niños y niñas?
Una vez que interiorizamos estas preguntas y comenzamos a responder qué creíamos, pasamos a hablar sobre lo siguiente:
- ¿La escuela enseña competencias u objetivos?
- ¿Nos regimos por los criterios de evaluación?
- ¿enseñamos a los niños a aprobar exámenes, a adquirir conocimientos o a que consigan un mínimo de competencias?
Desde nuestro punto de vista, esta clase ha sido ¡MAGNÍFICA!. Ha hecho que entre todas saquemos una serie de conclusiones y todas ellas, nos han evocado un sinfín de sensaciones positivas. Por fin, vamos a la universidad y no nos ha hecho falta nada más que: PENSAR. Cuando te das cuenta y te paras a reflexionar, descubres que lo más importante nunca te lo habían dado a conocer. ¿Para qué sirve estudiar, saber hacer de todo o aprender nuevos conocimientos si después no sabemos qué hacer con todo eso o cómo vamos a usarlos en un aula de infantil?.

Todo esto ha incentivado en nosotras el deseo por dar una educación cargada de nuevos conocimientos pero también centrada en darle sentido a ese conocimiento. No podemos enseñar por enseñar, sino que todo aquello que transmitamos a los pequeños ha de estar conectado a su realidad y a sus deseos, y no dejarnos llevar únicamente por el ímpetu de conseguir que los niños y niñas consigan los objetivos planteados.
Nuestra profesión ha de ser mucho más que eso. Para nosotras un logro siempre es bueno, en mayor o menor medida y, aunque nuestros niños no consigan llegar al nivel establecido, con que las lecciones que aprendan les ayuden en su día a día, a nosotras nos habrá merecido la pena enseñar.
Para finalizar, queremos dejar este vídeo que para nosotras, simboliza como nosotras, podemos moldear lo que a simple vista parece algo sencillo y que, al igual que los escultores esculpen y hacen obras maravillosas, los docentes pueden modelar la mente de los niños, y formar algo grandioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario