domingo, 24 de enero de 2016

Día 15 (27/10/2015)



Al llegar a clase, lo primero que Hortensia nos planteó fue la pregunta de si existían las competencias en Educación Infantil y si estas son importantes. Queremos centrarnos en estas dos preguntas y desarrollar nuestra opinión según lo aprendido hasta ahora, ya que es algo que nos llama mucho la atención debido a la amplitud de opiniones que este tema nos crea.

Para algunas de nosotras, las competencias son las habilidades que el niño o niña va adquiriendo gracias al aprendizaje que recibe. Este aprendizaje puede ser el que aprende en la escuela o también, puede ser un aprendizaje que el niño a interiorizado gracias a las experiencias de su día a día tanto en casa como en la calle. Según lo aprendido en clase, las competencias se encuentran en el currículo y es el profesor el encargado de desarrollar estas en su alumnado. 

En la ley y en los diferentes documentos hay una serie de "requisitos" que tiene que cumplir el alumnado, incluso el de Educación Infantil, a pesar de su corta edad. Nosotras hemos coincidido en que esos "requisitos" o competencias deben adquirirlas los niños cuando su proceso madurativo y de desarrollo lo permita. No somos máquinas con un mecanismo que nos permita avanzar o aprender sólo porque hayamos avanzado de curso. Las personas somos únicas, irreemplazables y cada cuál, tiene un ritmo de aprendizaje. 

Para nosotras, el profesor es el encargado de transmitir los conocimientos a los alumnos, pero este, no solo es un mero transmisor, sino que es el encargado de que se cumplan estas competencias o no. Es él, el que vive el día a día con sus alumnos y sabe qué necesita cada uno y qué no. Por ley hay unas competencias concretas divididas por secciones: lingüísticas, científicas, tecnológicas, sociales... Es muy fácil en nuestro caso, entenderlas y llevarlas a un aula de infantil, pero, a la hora de llevar esta teoría a la práctica, tenemos que darnos cuenta de que lo que importa es el niño y que hay que respetar sus límites. Tenemos que llegar a los alumnos, conocerlos y entenderlos, y una vez que hayamos logrado esto, podremos ofrecerles el conocimiento necesario para que creen y desarrollen esas habilidades. 

Ante todo, pensamos que tenemos que atender a cada niño respetando su individualidad, es decir, que si queremos que adquieran una serie de competencias, no podemos hacer que todos lleguen exactamente a lo mismo, sino que cada cuál, avance según pueda, y si vemos que un niño puede mejorar alguna cualidad, lo haremos pero siempre teniendo en cuenta sus límites y su personalidad. 

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