lunes, 25 de enero de 2016

Día 18 (4/11/2015)

  

Con la sesión de hoy ya nos vamos acercando al ecuador. Observamos y comentamos dos imágenes: una de varios caballos de distinto tamaño y otra de unas gafas. Nos sugieren ideas de crecimiento personal, de aprender a ver el mundo desde otras perspectivas, de tener una visión más clara de la realidad, más completa. 

Debemos hacernos más conscientes de cómo pensamos, de cómo construimos nuestro conocimiento. Para ello, antes debemos aprender a conocernos a nosotros mismos. 
Escuchamos una canción mientras cerramos los ojos, nos dejamos llevar, nos relajamos, pensamos en nuestra infancia, en cómo aprendemos, hacia dónde vamos, en qué nos gustaría convertirnos... 
Ahora, con la mente más despejada, vamos a intentar "volver hacia atrás":

¿qué es lo que consideramos correcto e incorrecto? Hemos ido comprobando que, contrariamente a lo que nos han hecho creer, no sólo existen esas dos opciones, sino que existe un amplio abanico de ellas, que la validez de las respuestas no está de antemano predeterminada, sino que dependen de muchos factores, y que no existe una única respuesta, sino que es en la diversidad de éstas donde se encuentra la verdadera riqueza cognoscitiva.

Nos hemos dado cuenta, también, de que los errores no son algo malo, y les hemos dado el lugar que se merecen en nuestra educación ideal, considerándolos como pasos necesarios, como herramientas motivadoras que nos llevan a conocer, a aprender y a superarnos, que son elementos que atestiguan no nuestro fracaso, sino nuestras mejoras. 

A continuación, pensamos sobre las ideas previas: sobre lo que son, la importancia que tienen, cómo se pueden averiguar, si son difíciles de cambiar o de identificar. Pensamos que todo el mundo posee unas determinadas concepciones e ideas previas que configuran su modo de entender el mundo y de actuar sobre él. Es muy importante, por eso, que nosotras, futuras profesoras, conozcamos y evaluemos en primer lugar nuestras propias concepciones e ideas previas sobre la enseñanza, ya que sobre ellas iremos afirmándonos en nuestra práctica educativa. Puede, por ejemplo, que pensemos que estamos luchando por una educación libre, pero inconscientemente no estemos actuando para lograr su consecución, porque nuestros prejuicios, nuestras concepciones, nuestra experiencia como alumnas de un sistema basado en el modelo tradicional de enseñanza nos estén impidiendo desarrollar nuestra metodología ideal.

Una vez teniendo claro (o un poco más claro) de dónde venimos y hacia dónde queremos ir, y sobre todo lo que llevamos en la maleta para este viaje (intentamos tirar concepciones antiguas que nos han sido impuestas y rellenarla con ilusión, ganas y renovadas ideas), vamos a pasar a analizar lo que pueden ser las concepciones e ideas previas del alumnado y cómo influyen en lo que van aprendiendo. 

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